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viernes, 15 de junio de 2012

Salmo 1. Devocional 1. Lo que todos queremos


Lo que todos queremos
El salmo comienza con la palabra: “Bienaventurado”, término que se puede traducir también dichoso o feliz, de esta frase deducimos que hay personas felices, y que hay condiciones para que un individuo sea feliz.
Aristóteles decía, “todos estamos de acuerdo en que queremos ser felices pero en cuanto intentamos aclarar cómo podemos serlo empiezan las discrepancias”,  esto lleva a peguntarnos  ¿Que es ser feliz?, ¿Es lo mismo para todos? veamos ..
Para Epicurio era encontrar aquello que nos moviliza,  eso es lo que le provoca  placer
Para Aristóteles era el bien supremo (llama así a la vida virtuosa y el desarrollo personal)
Para I. Kant la felicidad "es el estado de un ser racional en el mundo, al cual, en el conjunto de su existencia, le va todo según su deseo y voluntad"
Para Spinoza esta en el dar y en el que dar, dice  “la clave de la felicidad está en dar con aquello que me hace crecer, y evitar aquello otro que me empequeñece”
Nietzsche habla de dos clases de personas y dos clases de felicidades: las primeras son los mediocres donde  su felicidad es una vida cómoda y placentera y la otra clase  felicidad es la de los poderosos que enfrentan  retos, que  así aumenta su fuerza vital, produciendo una vida atractiva deseada, no ausente del dolor y el sufrimiento que él considera inevitable.

Paulo Coelho en “El alquimista” nos dice: “cada edad tiene su propia medida de felicidad y que sólo Dios es la fuente suprema de la alegría, por ser ÉL: amor, bondad, reconciliación, perdón y donación total…. Ser Feliz, es una actitud”

Esto nos debe llevar a pensar ¿Qué me hace o que me haría feliz?, tener ¿qué cosas?, ser ¿de qué manera?, vivir ¿de qué forma?. ¿Cuál es tu definición de felicidad? 
El Sal. 34:8 nos dice Gustad, y ved que es bueno Jehová; FELIZ el hombre que confía en él”, esto da a entender que la felicidad se produce cuando un  hombre o una mujer tienen su apoyo y esperanza colocada en Dios, porque  adquirieron el requisito elemental de la felicidad, “la confianza en Dios”.
Porque en 1° lugar uno intenta  vivir cerca de la persona en la que confía, porque se siente seguro y se siente bien. Y en 2° lugar porque el estar junto a alguien, nos mimetiza, influye y asemeja a esa persona, adquirimos los mismos gustos, disfrutamos de las mismas cosas, anhelamos  lo mismo. 
Alguien escribió  "cada hombre tiene un tesoro que lo está esperando"  y lo tenemos en Jesucristo, él  puede enseñarnos a caminar en felicidad, hacia una dimensión diferente, cambiando nuestro presente, reparando nuestro pasado, en definitiva construyendo Junto a él, un horizonte de felicidad. Podemos comenzar hoy a alcanzarlo si entendemos que  “Feliz es el hombre o la mujer a quien  Jehová no culpa de pecado”. Sal.32.2.
                                                                    Departamento  Espiritual -  E.C.E.A.

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